Árcangel Miguel - San Miguel
Ángeles de Protección - Ángeles de la Guarda
Color: Azul
Arcángel: Miguel, «el que es como Dios»
Hogar espiritual: Banff, cerca del lago Louise (Canadá)
Fíat: Arcangel Miguel ¡Ayudame! ¡Ayudame! ¡Ayudame!
Lo que puedes pedirle:
Dones espirituales
Liberación de miedos y dudas sobre uno mismo, fortalecimiento de la fe, perfeccionamiento del alma.
Ayuda práctica
Protección contra peligros físicos y espirituales (cualquier situación, desde accidentes de tráfico o robos hasta agresiones psíquicas); exorcismo de demonios.
Problemas mundiales
Inspiración para los líderes, mejoras en los gobiernos.
El Arcángel Miguel - San Miguel Arcángel
Las escrituras hebrea, cristiana e islámica veneran por igual al Arcángel Miguel. La tradición mística judía le identifica como el Capitán de las Huestes del Señor, que se apareció a Josué antes de la batalla de Jericó; y también, como el ángel que guió a Israel por el desierto y salvó a los tres muchachos hebreos del horno en llamas de Nabucodonosor.
El Arcángel Miguel y sus ángeles de protección responden mejor a tus llamados urgentes cuando les invocas a diario. Miles de personas han vivido milagros que a su parecer se produjeron gracias a la estrecha relación que mantenían con los ángeles de la llama azul.
Me refiero a personas como Daniel, piloto de una aerolínea, que empezó a decretar a los ángeles de protección durante unos veinte minutos al día. En cierta ocasión, llevó a sus dos hijos a dar una vuelta en tractor cerca de su casa en las afueras de Dallas (Texas, EE.UU.) y sucedió que le cayó la rama de un árbol encima del cuello y la espalda, la cual, pese a hallarse ensangrentada, no le impidió arreglárselas para conducir ese cuarto de milla (unos 400 m.) de regreso a su casa.
Más tarde era incapaz de recordar el recorrido, pero su hijo Christopher, de cuatro años, sí se acordaba: «Papá condujo el tractor hasta casa, pero un enorme ángel azul bajó y se sentó en la parte delantera del tractor», explicó. El ángel le dijo que su papá se pondría bien.
Daniel se recuperó muy rápido sin tener que pasar por la mesa de operaciones, aunque el personal del hospital le comentó que tuvo suerte de no haber quedado tetrapléjico. Él, por su parte, cree que los decretos ayudaron al ángel a salvarle.
El Arcángel Miguel en misión de rescate
Kelly y sus amigos, Wayne, Russell y Heather habían empezado a decretar a los ángeles tan sólo unas semanas antes de necesitar ayuda urgente. Los cuatro adolescentes se apretujaron en el pequeño sedán de Wayne y juntos recitaron el decreto de «protección de viaje» del Arcángel Miguel antes de partir para una excursión al campo.
Justo después de salir de la autopista, estando en un paso elevado, un camión de dieciocho ruedas, totalmente cargado, se pasó un semáforo en rojo y se precipitó encima del auto. Lo arrastró bajo sus ruedas 500 pies (153 m.) antes de parar.
Kelly iba sentada en el asiento trasero detrás del conductor, justo el lado dondeimpactó el camión. Quedó atrapada en el metal retorcido desde la punta de los pies hasta la mitad del pecho. Una de las ruedas del camión estaba justo encima de su cuerpo y no le permitía respirar.
«¡Haz los llamados!», le gritó Heather, que también iba en el asiento trasero. Kelly no podía hablar, pero mandó una oración en silencio al Arcángel Miguel.
Por extraño que parezca, Kelly asegura que al instante el camión se levantó unas pulgadas, dándole tiempo para liberar la parte superior del cuerpo, y luego se desplomó de nuevo con todo su peso. «De repente pude respirar», señala Kelly. Sus primeras palabras en voz alta fueron: «¡Gracias, Arcángel Miguel!».
Durante las cerca de dos horas que llevó sacarla del amasijo de hierros, dice haber estado «totalmente tranquila», reconfortada por la presencia de Miguel y sus ángeles.
Después de tres operaciones, sigue teniendo problemas de cadera pero como ella misma afirma «no es nada que no pueda sobrellevar». Wayne resultó ileso, mientras que Russell recibió un golpe en la cabeza y Heather se rompió un brazo. Kelly afirma saber que el Arcángel Miguel les salvó de la muerte o de lesiones duraderas.