Trabajar con los Ángeles: Paso 8

8. Concreta


Los ángeles responden a tus llamados con precisión, y están orgullosos de que así sea. Cuanto más concreta sea la petición, más lo será la respuesta. Mientras vivas la vida en armonía con la Fuente universal y dediques tu energía a ayudar al prójimo, las huestes angélicas te ayudarán en los pormenores de la vida.

Un ejemplo alentador es el de una mujer, durante la Segunda Guerra Mundial, que no tenía dinero pero se dirigió a Dios con una lista de la compra. Le pidió concretamente los artículos justos que necesitaba para alimentar a su familia ese fin de semana. A las pocas horas, un hombre llamó a su puerta llevando consigo una cesta que contenía todo lo que ella había pedido, incluidas la ternera, las patatas y la harina para hacer pasteles.

A continuación verás cómo otra mujer consiguió, gracias a los ángeles, atraer hacia sí el tipo de auto que quería.

Danette buscaba un Toyota todoterreno de segunda mano a sabiendas de que no podía permitirse los exorbitantes precios a que se estaban vendiendo. Así que decidió dejarlo en manos de los ángeles.

Escribió en un papel el año, marca, color, potencia del motor, rango de precios, kilometraje, tipo de neumáticos y llantas que quería. Asimismo, añadió que el vehículo debía contar con buenas características mecánicas, incluidos dirección asistida, servofrenos, elevalunas eléctrico (elevación eléctrica de ventanillas), cierre automático centralizado, aire acondicionado y control de crucero. Recortó una fotografía del tipo de auto que buscaba y la puso en su cartera. Cada día recitaba decretos y fíats a los ángeles entre uno y tres cuartos de hora mientras observaba la lista y la fotografía.

Tras semanas de hojear los anuncios clasificados Danette estaba algo preocupada. Sin embargo, no se dio por vencida. «Sabía que los ángeles estaban trabajando..., así que no iba a contentarme con menos», afirmó.

Finalmente, optó por continuar la búsqueda en otra ciudad, a doce horas de donde residía. Sus amigos le habían advertido de que un vehículo de esas características al precio que pretendía era imposible de encontrar. Pero cuando abrió el periódico, allí estaba: «¡Un Toyota todoterreno del año 1990 tres mil dólares más barato que todos los que había visto!», exclamó.

El propietario había puesto el anuncio ese mismo día y el auto cumplía con cada uno de los requisitos que ella había determinado, ¡hasta el control de crucero! El banco aprobó el préstamo, de modo que regresó a casa con su nuevo todoterreno, dando gracias a los ángeles todo el camino.

Cuanto más detallada sea tu petición, más satisfactorios serán los resultados.