Trabajar con los Ángeles: Paso 10

10. Espérate sorpresas


Cualquiera que haya pensado en los ángeles se habrá hecho esta pregunta: ¿Por qué responden a algunas oraciones y no a otras? ¿Por qué una persona reza durante diez años sin obtener lo que quiere, mientras que otra lo consigue de inmediato? ¿Por qué el fuego o las inundaciones destruyen algunas casas, al tiempo que otras permanecen intactas? No cabe duda de que los ángeles oyen todas nuestras plegarias.

Una de las razones es que los ángeles responden a nuestras oraciones en función de los efectos acumulados de nuestras acciones del pasado, esto es, las buenas y las malas acciones que hemos realizado en ésta y en vidas anteriores, lo que también se conoce como karma. Los ángeles no son genios ni tampoco reyes magos. Deben guiarse por las reglas del karma. Cuando oramos y les ofrecemos nuestra devoción, a veces pueden eliminar los efectos del karma, pero a menudo tan sólo son capaces de reducirlos.

Los ángeles escuchan todas tus oraciones. Mas para que lo que pides se conceda, deben cumplir tres requisitos:

  1. No interferir el plan de Dios para tu alma (o tu karma);
  2. No perjudicar a ti ni a otra persona; y
  3. El momento ha de ser el adecuado.

Podrías pasarte años rezando para que te tocase la lotería y no ganarla. Sin embargo, tal vez obtendrías algo que no esperabas, como por ejemplo un empleo mejor remunerado que podría llevarte por nuevos derroteros. Quizá los ángeles no habrían accedido a tu oración para ganar la lotería porque tu alma pudiera necesitar aprender la lección de tener que ganarse la vida. Pero sí habrían dado la mejor respuesta en tu caso.

Si sigues los pasos que se indican en este libro y aun así no hallas la respuesta, puede que los ángeles estén tratando de decirte algo. Tal vez sea el momento de revisar tus plegarias e intentarlo de nuevo. Sigue orando y sé consciente de que los ángeles te brindarán la mejor respuesta que puedan según sean las necesidades de tu alma (Véase el apartado «Respuesta a un llamado»). La respuesta siempre da frutos. Tan sólo has de saber adónde mirar.